Encargada: Carola Alarcón Ferrari – carola.alarcon@cordescorporacion.cl
Desde el año 2008 se comienza a gestar una iniciativa tendiente a articular una biblioteca dentro de la Comunidad Terapéutica de Peñalolén (CTP) dada la existencia de algunos libros donados que se encontraban repartidos en distintos lugares de la casa. La idea era acondicionar un lugar dentro del ambiente y de la cotidianidad de la CTP que funcionara como una biblioteca. Es así como una de las primeras ocupaciones fue construir ese espacio-lugar realizando un registro de los libros con los cuales se contaba y disponer del lugar que estaba propuesto para ser la biblioteca. Para ello, se organizan estantes, repisas y se instala lo necesario para comenzar a funcionar como tal. En este momento de construcción, en la asamblea de la comunidad, los bibliotecarios (personas que habían trabajado y se interesaban por la biblioteca) expresaron y estructuraron lo necesario para recibir a quienes quisieran hacer uso de la biblioteca.
Se acuerdan tiempos de préstamos y cómo serán administrados los libros. Sin embargo, con el tiempo más allá de ser una actividad del ambiente destinada a la circulación de libros, se empiezan a desarrollar otro tipo de instancias de reunión que se identifican como aquellas que en otras bibliotecas se realizan. Es así como el grupo de biblioteca organiza encuentros abiertos de lectura. Entre estos, recitales de poesía tanto de autores chilenos como latinoamericanos, europeos, entre otros. Lectura de cuentos, según una temática a tratar, según un escritor de interés. También, extractos de novelas que representan curiosidad y/o afinidad. Este momento se constituye como el habitar. Habitar la biblioteca y configurarla como lugar de encuentro con otros.
Actualmente el objeto de trabajo de la biblioteca es principalmente la lectura, esto porque el grupo más estable que asiste se interesa por la literatura, por sus novedades, por la crítica que puede generar y desde ahí toma lugar un momento para pensar. Pensar la literatura y aquellos deseos literarios.
De esta manera, la biblioteca se instala como lugar de encuentro para un grupo donde la literatura y los libros se han transformado en los objetos de encuentro y de intercambio para este grupo. Qué se lee y qué leer dan cuenta de búsquedas particulares y del testimonio de algo y también de preguntas que grupalmente son abordadas.